miércoles, 26 de octubre de 2022

¿Te acuerdas de Agustín Abadía?


- Futbolista de los humildes, pero con mucha clase. Inauguramos esta página con Agustín Abadía Plana, un gran interior zurdo que fue de los más populares de la Liga Española durante los años ochenta y noventa.
Pasó por clubes muy modestos, pero también consiguió jugar para un grande de La Liga como el Atlético de Madrid, aunque no le fue muy bien. Yo le recuerdo muy bien por sus años en Primera con dos extintos de nuestro fútbol: el C.D. Logroñés y la S.D. Compostela.

Nunca llegó a jugar para la selección española, aunque tampoco le hizo falta para demostrar que era un profesional como la copa de un pino. Y es que la palabra "profesional" es lo que más le pegaba al bueno del "Tato" Abadía.

- Hasta su apodo era muy familiar: el "Tato". Antes de verle jugar, podíamos observar cien veces su cromo para darnos cuenta que, más que futbolista, tenía toda la pinta de un obrero de a pie que se fuma un Farias y toma una copa de coñac en el bar de abajo de su casa. Sin embargo, así de entrañable era el fútbol de aquella época.
Con su prematura alopecia y ese bigote de rasgos señoriales, este centrocampista fue uno de los más exquisitos de técnica de aquella. No hacía falta ser muy listo para ver que se le caía el talento de los bolsillos, con una zurda de precisión que metía pases donde le venía en gana, así como podía sorprender con increíbles disparos a puerta.
Abadía nació el 15 de abril de 1962, en la localidad oscense de Binéfar (España). Debió tener muy claro su futuro en el fútbol ya con el equipo de su ciudad, con el que destacó en Tercera División en aquellos años de iniciación. 

Con el Club Deportivo Binéfar ascendería a Segunda B, y eso ya sería motivo suficiente para que los directivos del C.D. Logroñés se fijaran en el "Tato", quien a partir de mediados de los ochenta iba a conocer un fútbol más profesionalizado en la categoría de plata.

Abadía viviría un nuevo ascenso con el equipo riojano, el que esta vez le llevaría a darse a conocer en la denominada "Liga de las Estrellas", en las que nuestro querido bigotón iba a poder medirse ante equipos de la talla de Real Madrid o Barça.
Y poco tardaría en poder representar a uno de los "gallitos", ya que tras destacar en el Logroñés, Agustín ficharía por el Atlético de Madrid, entrenado por Javier Clemente por entonces.

No le fue bien por Manzanares, razón por la que tendría que volver a Logroño para seguir creciendo como futbolista... ¡Y vaya si creció!. Con el equipo riojano, el medio oscense tendría otros tres buenos años en Primera.



- En 1993 se fue a un Compostela que ya olía a Primera, y allí sería también uno de los pesos importantes del vestuario. Tendría dos años más para jugar en San Lázaro antes de retornar a Las Gaunas, para encarrilar su último año entre los grandes.
Y es que Agustín Abadía viviría por Logroño el principio del fin, jugando el último año del equipo riojano en Primera, que en cosa de unos años iba a desaparecer para dramatismo del fútbol español. 

Volvería a jugar para el Binéfar hasta finales de los noventa, cesando en su carrera con un total de 244 partidos en Primera y 14 goles anotados. Posteriormente, el gran Abadía iniciaría una trayectoria como entrenador.

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