- La cantera sevillista siempre nos estuvo descubriendo impresionantes futbolistas, como fue el caso de José María Romero Poyón, un hombre que, tras retirarse, decidió mantener una figura más musculada y es casi irreconocible actualmente. Menos mal que no le dio por utilizar su segundo apellido en el mundo del balompié.
Todavía estábamos en plena década de los noventa cuando José Mari irrumpió en la Primera División española, en la que iba a disputar un buen número de partidos con Sevilla, Atlético de Madrid y Villarreal.
Incluso llegó a jugar para el Betis, el gran rival sevillista. También lo intentó por el Calcio italiano con el AC Milan, y apuró los últimos duelos de su carrera con equipos como el Nàstic de Tarragona y Xerez.
Llegaría a ser internacional con la selección española, tanto con los equipos menores como con el nivel absoluto, ya cuando se había ganado un gran prestigio en la Liga Española.
Pero antes, José Mari iría progresando en la cantera del Sevilla F.C., destacando en el filial hasta dar el paso al primer equipo, que entonces contaba con José Antonio Camacho en la dirección. Los informes de sus goles convencieron al de Cieza.
El 2 de febrero de 1997, Camacho le otorgaría la titularidad ante la Real Sociedad, que visitó el Sánchez Pizjuán para llevarse una sufrida victoria por 2-3. El joven debutante dejaría buenas sensaciones, así que se ganaría el derecho a continuar en el primer plantel.
De pronto, José Mari estallaría como un brillante goleador, estrenándose frente al Atlético de Madrid, y añadiendo 6 dianas más a su única temporada como sevillista. En general, el año no fue bueno para el club, que descendió a Segunda.
José Mari se marcharía para seguir creciendo por la élite, así que se uniría al Atlético de Madrid. En su primer año, tuvo bastantes minutos con Radomir Antic, y más aún con Arrigo Sacchi. Por desgracia, nuevamente se vería luchando por la permanencia, y el Atleti bajaría a Segunda en pleno cambio de milenio.
Pero el delantero andaluz se marcharía antes de la debacle, y aceptaría la propuesta de irse a la liga italiana para jugar en el AC Milan, donde iba a pasar algo más de dos temporadas.
- Tampoco logró sacar títulos de su paso por San Siro, en lo que fue su única experiencia por el extranjero. José Mari volvería al Atlético de Madrid, para el que jugaría de cara al curso 2002\03.
Ya lejos de Manzanares, el sevillano tendría cuatro temporadas en un Villarreal que ya tomaba aires de grandeza. En El Madrigal estuvo hasta 2007, cuando decidió fichar por el eterno rival sevillista.
De nuevo, José Mari se vería peleando por la permanencia tras unos años compitiendo por Europa. Despediría con el Betis su participación en Primera, en la que disputó 270 partidos e hizo 49 goles. Después jugaría en segunda con equipos como el Nàstic y el Xerez Deportivo.
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