- Del Leganés salió este mediocampista que con Osasuna pronto tendría la posibilidad de competir en la máxima división española. Así se tiró seis temporadas, cumpliendo con muchos minutos en el equipo navarro.
Su siguiente destino fue un Celta que jugaba a no descender, objetivo que se cumplió sin problemas mientras Miguel Ángel Merino fue celeste. Por desgracia, el medio madrileño se perdería la mejor era del club vigués.
Ya no volvería a jugar en Primera tras su paso por Pamplona y Vigo, pasando a defender los derechos de la U.D. Las Palmas y volviendo al "Lega", que entonces también se hallaba en la categoría de plata. En la misma representó al Burgos y acabó su actividad compitiendo para el Ceuta.
Mikel heredó la posición de su progenitor, aunque éste no pudo disfrutar de la misma fama. Merino padre era más bien un currante del fútbol, de los que jugaban fácil y simple, arriesgando muy poco y con un perfecto sentido táctico.
Ángel Miguel Merino Torres nació el 2 de octubre de 1966 en Madrid (España). En Usera se iniciaría como futbolista, jugando para el A.V. La Chimenea. De ahí, ingresaría en la cantera del Real Madrid.
No hay mucho que destacar de su paso por la cantera blanca. Merino acabaría fichando por el C.D. Leganés, que entonces militaba en Tercera División. Con el equipo "pepinero" conseguiría ascender a Segunda B, siendo un jugador destacado que contaría con ofertas procedentes de la élite.
Merino ficharía por el Club Atlético Osasuna en el verano de 1988, gestionado por Pedro Mari Zabalza. Desde el principio, el mediocampista madrileño se perfilaría para ser titular de la plantilla pamplonica.
Su estreno fue espectacular. El 4 de septiembre de 1988, el conjunto "rojillo" se medía al Madrid en el Santiago Bernabéu. Merino no solo haría un buen partido, además hizo gol y Osasuna conseguiría sacar un valiosísimo empate en su visita a la capital española (2-2).
Su estancia por El Sadar duraría seis años, en los que el madrileño cumpliría con bastantes apariciones e incluso afrontaría competiciones europeas. Lástima que el cuadro navarro bajaría a Segunda en la campaña 93\94.
- El Celta, que venía de ser subcampeón de la Copa del Rey, buscaba reforzar su línea de medios, y buena sería la incorporación de un organizador como Ángel Miguel Merino, con cierta experiencia en la alta división.
El madrileño supo mantenerse en el once titular, formando en el centro con otro grande como Eusebio Sacristán. Su etapa por Balaídos duraría tres años, los últimos de este jugador por la división de oro.
Los números de Merino en Primera fueron de 293 apariciones y 26 tantos, que no están nada mal. Abandonó Vigo justo cuando el Celta iba a ser competidor europeo, para continuar con su carrera en Las Palmas, Leganés y Real Burgos. En 2003 se retiraría con el Ceuta, en Segunda B.
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