- Uno de los muchos futbolistas que han aportado la cantera de Lezama que llegó a la élite del fútbol español en los inicios de los noventa, incluso antes de que lo hiciera el portugalujo Julen Guerrero.
De muy cerca era Galdames pues, como Javier Clemente, nació en Barakaldo (España), el 15 de junio de 1970. Tuvo sus apariciones con el equipo rojiblanco, pero nunca llegó a ganarse el sitio, y eso hizo que acabase probando suerte por otros clubes.
Pasó por el Compostela, lo intentó por Francia con el Toulouse y acabó su carrera en el Eibar, cuando ya competía en la categoría de plata. En 2002, José Manuel Galdames Ibáñez dejó de jugar al fútbol.
Mientras, los domingos íbamos a la Plaza Nueva a intercambiar cromos, y durante aquellos lejanos años noventa ya aparecería el rostro de Galdames, quien debutaría en Primera con Iñaki Sáez, técnico por emergencia.
Galdames debutó en San Mamés el 12 de enero de 1992. Aquella tarde de domingo, el barakaldotarra saldría de inicio ante el Cádiz, y los "Leones" vencerían por un cómodo resultado de 3-1.
El joven defensor dejaría de jugar para el filial y se haría con un sitio en la plantilla del alemán Jupp Heynckes, quien iba a configurar un competitivo equipo en torno a la figura del debutante Guerrero, ídolo rojiblanco de la época.
Trató de ganarse la titularidad en una defensa en la que figuraban los Aitor Larrazabal, Rafa Alkorta y el mítico Genar Andrinua. Obviamente, no sería fácil tener protagonismo.
El Athletic empezaba a luchar por los puestos europeos, y la mejor temporada de Galdames sería la última, pero nunca llegó a establecerse en el equipo. Por ello, el de Barakaldo acabaría jugando en la Sociedad Deportiva Compostela, con Castro Santos de entrenador.
- Después de aquella cesión por tierras gallegas, Galdames tendría su último año con el Athletic y se quedaría en el club santiagués, donde al menos sí tendría más apariciones. En 1997 ficharía por el Toulouse francés.
Así se acabaría su experiencia en la Primera División española, con un total de 68 apariciones y ningún gol que celebrar. Galdames era un defensa cumplidor y poco más, un defensa central que no lo tuvo nada fácil por La Catedral.
Tampoco sería fácil pasar por la Ligue-1, aunque en dos años casi jugó los mismos partidos que todos aquellos años por la Liga Española. En el año 2000 dejaría el país vecino y volvería a Euskadi, donde se retiraría jugando para el Eibar.
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