- Durante muchos años nos acostumbramos al nombre de Rafa Paz, un hombre que pasó toda su carrera trabajando para el Sevilla en la Liga Española, para figurar como uno de los clásicos de la misma.
Lástima que en toda esa trayectoria nunca pudo levantar trofeos importantes, en cambio, sí tuvo la desdicha de sufrir uno de los pocos descensos en la historia del Sevilla, y justo poco antes de abandonar el Sánchez Pizjuán. Fue la despedida más aciaga de la historia.
Su única salida del Sevilla fue para retirarse como los grandes. Paz se marchó a México para formar parte de un galáctico Atlético Celaya en el que coincidió con los Hugo Sánchez, Míchel y Emilio Butragueño.
Jugaba normalmente como interior derecho, válido también para correr por el mismo flanco como lateral defensor o extremo. Tenía un talento muy especial debajo de esa apariencia que yo denomino "obrero del fútbol", con esa típica sencillez y una alopecia que supo resistir con orgullo.
Este magnífico jugador nació el 2 de agosto de 1965 en la localidad granadina de Puebla de Don Fadrique (España). En su lugar empezó jugando para el Club Deportivo Huéscar, de donde pasó a las categorías menores del Granada 74, y de ahí a la cantera del Sevilla F.C.
Progresó de tal manera, que Paz pronto encontraría la posibilidad de debutar en Primera División. Manuel Cardo ya le había convocado en algún partido de la temporada 83\84, pero su estreno oficial no llegaría hasta el año siguiente.
Rafa Paz sería titular en una visita del Athletic al Sánchez Pizjuán, el 9 de septiembre de 1984. El medio granadino dejaría detalles de calidad y completaría todo el encuentro para ganar por un claro 3-0.
Fue la única aparición de aquella campaña, ya que el joven centrocampista seguiría jugando para el filial, hasta que el escocés Jock Wallace decidió incluirle en la primera plantilla de cara al curso 1986\87. A partir de entonces, Paz tendría su propio cromo.
Empezó a acostumbrarse a jugar muchos partidos en la alta categoría, coincidiendo en sus inicios con profesionales como Paco Buyo, Manolo Jiménez, Serna, Francisco o Manuel Zambrano. En aquella temporada 1986\87, el granadino lo jugaría casi todo.
- Aún le quedaban muchos años por delante, pasando por las manos de muchos entrenadores y alcanzando su mayor esplendor según fue acercándose el inicio de los noventa.
Con el Sevilla vivió todo tipo de situaciones, desde competir por Europa a ver al equipo en Segunda cuando ya se disponía a oficializar su retirada. Tras aquel descenso del ejercicio 96\97, Rafa Paz se marcharía a México, habiendo hecho en Primera unos números de 340 partidos y 35 goles.
Se fue a compartir su talento con otros grandes futbolistas en México, jugando un año para el Atlético Celaya con los Hugo Sánchez, Butragueño y Míchel. En 1997, Paz colgaría las botas.
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