- Cuando este jugador llegó a España, pensé que la directiva del Atlético de Madrid había apostado por un jugador de origen griego o ex-soviético. Su apellido es de raza lituana, pero Pilipauskas era un defensor uruguayo.
Todo se debe a que en Uruguay hubo un amplio movimiento de inmigración lituana durante los años treinta, y es evidente que nuestro protagonista posee dichas raíces, de ahí que contaba con la doble nacionalidad.
De todos modos, muy corta fue su experiencia por la Liga Española, yéndose de Manzanares dejando el recuerdo de ser uno de los grandes fiascos de la historia del Atleti, un cromo muy breve en nuestras colecciones. El club madrileño vivió tiempos convulsos de aquella.
Éste era un defensa central de muy buenas condiciones físicas que también servía como mediocampista de contención, con notable presencia física y avalado por unos buenos inicios en su país.
Éstos se dieron en la cantera del Club Atlético Bella Vista, con el que Pilipauskas debutó a mediados de los noventa. Parece que le costó un poco hacerse con la titularidad en el equipo montevideano pero, a finales de la década, muchos clubes lejanos a Uruguay ya empezaban a preguntar por él. Su extraño apellido atravesó muchas fronteras.
Lejos de parecer el típico lituano de piel blanca y cabellos claros, en España aparecería un tipo de tez morena y evidente acento sudamericano. El Atlético no había fichado un jugador del Spartak, sino a un defensor uruguayo.
Desconocido para casi todos, Pilipauskas sería presentado como nuevo refuerzo rojiblanco en el verano de 1999. De la misma, el central charrúa se uniría a una plantilla que trabajaba a las órdenes de Claudio Ranieri, quien pronto le haría debutar en la que muchos veían como la mejor liga del mundo.
Pilipauskas jugaría su primer partido el 22 de agosto de 1999, en un derbi madrileño contra el Rayo Vallecano que se resolvería con una sorprendente derrota en casa, por 0-2. El zaguero sería titular aquel día, y aún seguiría contando con la confianza de un Ranieri que no duraría mucho en el banquillo.
De seguido, jugaría ante Real Sociedad y Celta de Vigo, y ambos encuentros finalizaron también con derrota. Con la llegada de Radomir Antic, el montevideano apenas tendría oportunidades.
- Disputaría algunos partidos de la Copa del Rey y de la Copa de la UEFA, pero en Liga no reaparecería hasta el tramo final de un campeonato que se fue complicando demasiado.
De hecho, el Atlético no sería capaz de salvar el culo en Primera División para estupor de todos. El equipo madrileño bajaría a Segunda al término de aquel ejercicio 1999\00, y Pilipauskas abandonaría la capital.
Se fue con 4 apariciones ligueras y poco más que decir. Pilipauskas En su país continuó jugando para Peñarol, Club Atlético Fénix, antes de intentarlo por la liga argentina. Volvería a representar a Bella Vista, pero la carrera del central terminaría en el Boston River, en 2017.
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