- Entre los muchos "cachorros" que fueron desfilando por Lezama en los años ochenta, figuraba el nombre de este centrocampista deriotarra que acabó disputando un buen número de partidos en Primera División.
Muchos de ellos fueron con el Athletic Club de Bilbao, equipo con el que compitió en Europa sin opción a ganar títulos, pues vivió una etapa bien diferentes a lo que se habían acostumbrado antaño por San Mamés.
El resto lo hizo con el Real Zaragoza, donde completó su carrera. Con la entidad maña sí pudo vivir la maravillosa experiencia de ganar la Copa del Rey, justo cuando ya se perfilaba para colgar las botas. Por desgracia, en su último año vivió el descenso a Segunda.
Ander Garitano Urkizu nació en la localidad vizcaína de Derio (España), el 26 de febrero de 1969. Muy cerca de su sitio queda Lezama, esa fábrica de talentos en la que él mismo empezó a tomar forma.
A la disciplina del Athletic llegó con once años, para ir escalando peldaños hasta llegar al primer equipo, habiendo demostrado ya sus virtudes con el filial, como un centrocampista de buen toque y, a veces, goleador.
Vivió el final de Howard Kendall como entrenador del Athletic de Bilbao, quien le iba a dar sus primeras oportunidades con el primer equipo. Quizás no fue el mejor día para debutar, pues el Real Madrid le endosaría cinco goles al equipo bilbaíno en el Santiago Bernabéu (5-0).
Garitano cerraría aquella temporada 1987\88 con una aparición más y Kendall reclamaría su ingreso en plantilla de cara a la siguiente, en la que el deriotarra iba a dejar sus primeros goles como "zurigorri".
Aquel joven centrocampista comenzaría a ser un fijo en los álbumes de la época, ya asentado en un equipo que acabaría dirigido por Txetxu Rojo y donde pronto empezaría a brillar la figura de Julen Guerrero, quien le iba a eclipsar en los próximos años.
La aparición del portugalujo no iba a impedir que Garitano siguiese teniendo apariciones con el Athletic, equipo que en aquellos años se conformaría con competir por Europa.
- Estuvo en el equipo de su tierra hasta mediados de los noventa, para el que llegó a intervenir en 234 partidos e hizo 35 goles. Se acostumbró a ser la estampa de un buen Athletic que abandonaría para posar en las colecciones del Real Zaragoza, al que oficialmente se unió en 1996.
Llegó a un club que se había cubierto de gloria, recientemente campeón de Copa y la Recopa de Europa. En su primer año, el centrocampista vasco se haría con la titularidad pese al constante cambio de entrenador.
Fueron tiempos convulsos para la entidad maña, que pasó de ganar otro título de Copa en el 2001 ha descender al siguiente año. Ese fue el último de Ander Garitano, que se retiró con 32 años.
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