- Siempre he dicho que todo aficionado al fútbol debería tener al menos tres ídolos en su equipo. Yo siempre lo tendré muy claro y, en lo que al Celta de Vigo se refiere, mis tres grandes leyendas siempre serán Iago Aspas, Vladimir Gudelj y el ruso Aleksandr Mostovoi.
De este jugador puedo hablar perfectamente de memoria. Sus inicios por Vigo no fueron fáciles, criticado por su fuerte carácter y la desgana. Sin embargo, el centrocampista supo revertir la situación.
Acabó levantando muchas ovaciones por Balaídos, ofreciendo grandes lecciones de fútbol y compitiendo siempre en lo más alto. Sin embargo, el único título que se pudo lograr es el de la Copa Intertoto.
Aleksandr Vladimirovich Mostovoi (Алекса́ндр Влади́мирович Мостово́й) nació el 22 de agosto de 1968 en Lomonosov (Rusia). En ese departamento perteneciente a San Petersburgo, el "Zar" empezaría su historia futbolística.
Se profesionalizó con el Krásnaya Presnya y ficharía por el Spartak de Moscú en 1986, donde coincidiría con su iseparable amigo Valeri Karpin y ganaría diversos títulos antes de irse a Portugal.
Con el Benfica también disfrutaría de éxitos, aunque no llegaría a convencer por Lisboa. Fue entonces cuando se fue a Francia, y allí estuvo jugando para el Racing de Estrasburgo y brevemente en el Caen.
Mostovoi terminaría aquellas cesiones y el Benfica negociaría con el Celta por el fichaje del crack ruso, que ilusionó mucho en su llegada a tierras gallegas, pero tardaría en enamorar al público.
Con Fernando Castro Santos debutaría en la Liga Española, el 22 de septiembre de 1996. Ante el Betis como visitante, el equipo daría muy mala imagen y perdería en su feudo por 0-2. El mediocampista ruso dejaría cinco goles en su primer año de celeste, pero también llegó a enfadar mucho al celtismo.
En el mal recuerdo quedará aquella imagen en la que Patxi Salinas tuvo que abroncar al genio de San Petersburgo, que quiso abandonar el campo en medio de un Sporting-Celta, en El Molinón. Pero tuvo la oportunidad de cambiar a tiempo, y buena sería la llegada de Javier Irureta y compañeros como Karpin o Goran Djorovic. La cosa iba a cambiar drásticamente.
- El Celta fue la "Apisonadora Celeste", y Mostovoi el comandante de a bordo, aunque muchos preferimos llamarle "El Zar de Vigo". En sus ocho temporadas como céltico, el ruso dio grandes alegrías.
Lástima que no acompañaron los títulos, y eso que se estuvo muy cerca. El nuevo milenio empezaría con la obtención de la Copa Intertoto, pero falló la final de Copa del 2001,... y otra vez contra el Zaragoza.
El equipo vigués llegó a competir en la Champions League, y con un triste descenso a Segunda se acabarían los tiempos dorados de Mostovoi y su Celta, que abandonaría Balaídos con 56 goles y 235 partidos. Al año siguiente se retiraría jugando para el Deportivo Alavés.
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