jueves, 3 de agosto de 2023

¿Te acuerdas de Atilano Vecino?


- A este defensa zamorano pudimos verle durante muchos años en las colecciones de cromos, aunque también tuvo su tiempo para jugar en niveles menores, como hizo en sus inicios con el Zamora C.F.
Tras un breve paso por el Gimnástico Melilla, Atilano Vecino ficharía por el Celta de Vigo, ese club con el que disfrutaría de la profesionalidad y con el que pudo llegar a disputar bastantes partidos en Primera División. 

Es uno de los jugadores más destacados en la historia del club vigués, en el que pasó la mayor parte de su carrera, recordado únicamente como cromo celeste. Se retiró con la tristeza de no haber podido levantar la Copa del Rey, aunque siguió vinculado al R.C. Celta como directivo, y en Vigo continúa.

- Aún se pueden recordar sus pugnas defensivas por Balaídos, como un buen lateral diestro que era dueño de su carril, como por la otra banda lo era Jorge Otero. Atilano fue uno de los grandes capitanes del equipo céltico.
Atilano Vecino Escuadra no era gallego, aunque tampoco nació muy lejos. Nació en la localidad zamorana de Coreses (España), el 18 de agosto de 1958. Inicialmente jugaría para el equipo de su pueblo, del que pasó al Zamora.
Pasaría unos años compitiendo entre Segunda B y la Tercera División, pasando también por el Gimnástico Melilla antes de finalizar su estancia en la entidad zamorana, de la que saldría para irse al Celta.

En los años ochenta, el club olívico se pasó varios años entre la categoría de plata y el más alto nivel, una década complicada en la que se empezó a reclutar jugadores de oficio, como lo era el zamorano Atilano Vecino. 
Con Milorad Pavic, el Celta venía de lograr dos históricos ascensos, regresando a Primera en 1982, año en el que Atilano se había unido al plantel del técnico yugoslavo. En el vestuario se encontraría con el delantero leonés Pichi Lucas, otro amigo de esos que se encuentran dando patadas a un balón. 

Atilano debutaría en la categoría máxima el 31 de octubre de 1982, después de haber intervenido en dos encuentros de la Copa del Rey con el Zamora. En el Benito Villamarín, sería titular ante un Real Betis que en casa cedió una derrota por 0-1. El de Coreses jugó los noventa minutos.

Pese a su buen inicio como céltico, Atilano no pudo ayudar al Celta a evitar el descenso a Segunda. Después vendrían otros tiempos, de huelgas en el fútbol y de una eterna lucha por volver a Primera.



- A mediados de los ochenta, el conjunto gallego volvería a verse compitiendo en lo más alto, en tiempos convulsos en los que se pasaba de bajar a Segunda a luchar por Europa con el técnico José Manuel Díaz Novoa.
Atilano siguió siendo unos de mis cromos favoritos, ya como un veterano asentado en el Celta que tendría la posibilidad de retirarse celebrando un título. Por desgracia, el no jugaría aquella final del 94 ante el Real Zaragoza.

Tampoco el Celta pudo festejar nada en Madrid. Los maños serían campeones de Copa y a Atilano le tocaría decir adiós al deporte. Fueron doce años de celeste, honrando un escudo y cumpliendo en la alta competición con unas cifras de 183 partidos y 5 tantos. Después siguió trabajando para el Celta.

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