- Aunque yo no viví sus tiempos como futbolista, he de decir que su cromo como entrenador fue uno de mis favoritos, por aquello de que soy un confeso celtista. José Manuel Díaz Novoa vistió los colores celestes y luego los defendió desde el banquillo. De hecho, el único equipo al que representó como carta coleccionable fue el Celta de Vigo, con el único que llegó al primer nivel.
También dejó huella en el equipo de su ciudad. Novoa también desarrolló ambas facetas en el Sporting de Gijón, con el que había iniciado su carrera futbolística para competir durante muchos años en la división de plata.
Tras sus años como sportinguista vinieron los de miembro céltico, para luego recalar en el último club de su carrera, el modesto Real Avilés. Como solía ocurrir con los futbolistas de su época, tuvo que jubilarse siendo joven, con 27 años de edad. En su caso, la culpa fue de una grave lesión de menisco.
Fue entonces cuando otras generaciones pudimos conocerle en los banquillos. Además de los ya citados, Díaz Novoa también entreno a Burgos, Espanyol y Málaga. Se apartó del fútbol a finales de los noventa.
- Me vienen a la cabeza sus estampas como entrenador, ya que las de futbolista no llegaron a mis manos. Me acuerdo cuando los entrenadores compartían coleccionable, como podemos comprobar en la imagen anterior, en la que salen unidos Novoa y el argentino Vicente Cantatore, técnicos de Sporting y Valladolid respectivamente.
Novoa nació el 1 de enero de 1944 en la ciudad de Gijón (España). En el equipo de su ciudad tomaría formación, para convertirse en un jugador de brega y casta que actuaba como un interior con gol.
Progresó hasta llegar al filial del Sporting y, ya en los inicios de los sesenta, se postulaba para alcanzar la profesionalidad. Sería en Segunda División, que es la categoría en la que concursaba en cuadro asturiano. Sus primeras apariciones fueron en la Copa del Generalísimo, en el curso 62\63.
En su primer año ya sorprendería con 6 dianas, y con otras 7 en la campaña 65\66. Novoa aprovecharía toda oportunidad para hacer gala de su oportunismo en ataque y ese hambre que tiene cualquier jugador joven que trata de llegar al primer nivel.
Nunca llegaría a ganarse la titularidad en el Sporting, así que viajaría unos kilómetros para buscarse la vida en Vigo. Novoa ficharía por el Celta de Iñaki Eizaguirre en 1967. El club gallego también se hallaba en Segunda por entonces. En Balaídos tampoco le sería fácil ganarse la titularidad, no en vano, el gijonés aportaría su granito de arena para luchar por el ascenso.
Llevaban años peleando por esa plaza a Primera, y Novoa estuvo muy implicado en el conjunto celeste en el año que se consiguió cumplir el objetivo. José Manuel contribuiría con 6 tantos en 13 apariciones, y la ciudad olívica festejó la vuelta a la máxima categoría al final del ejercicio 68\69.
Con Roque Olsen tendría la ocasión de debutar en Primera División. El 21 de septiembre de 1969, Novoa saltaría al césped de Balaídos como suplente de Rafael Almagro. Ante el Sabadell, el Celta solamente podría llevarse un empate ante su público (1-1).
Aquella fue su única aparición en la categoría de oro española. Para ser más exactos, Novoa solamente jugó sesenta minutos en la élite, en el único año que pudo figurar como carta coleccionable, algo que no estaba muy de moda entonces.
Tras aquella campaña 69\70 abandonaría tierras gallegas. Volvería a su Asturias natal para jugar en el Avilés, con el que ya se despediría de su hacer futbolístico por culpa de aquella lesión de menisco.
- Fue entonces cuando se preparó como director de banquillos, para figurar en unos cromos que muchos de mi quinta sí pudimos poseer. En el Sporting de Gijón iniciaría su trayectoria técnica, después de haber trabajado unos años para el cuadro filial y otras secciones menores.
Entonces sí, Díaz Novoa pudo defender al Sporting por Primera División. Lo hizo durante varias temporadas, para que a finales de los ochenta volviese a viajar de Gijón a Vigo, cuando regresó al Celta.
Su desempeño como técnico celtiña fue bastante bueno. Novoa dejaría al equipo cerca de los puestos de Europa en el ejercicio 88\89, obteniendo en la clasificación un merecidísimo octavo puesto. No le fue tan bien en su segundo año por Balaídos, cuando fue sustituido en el banco por Delfín Álvarez.
Novoa trabajaría para otros clubes de la Liga Española. Pasaría por los banquillos del Real Burgos, R.C.D. Espanyol y Málaga C.F. Volvería al Sporting para terminar su trayectoria técnica a finales de los noventa.
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