- Siempre diré que la vida no fue justa con este centrocampista celtiña, un ídolo de mi infancia al que no pude ver todo lo que quise sobre el verde. Supongo que algunos recordaréis que fue un accidente de tráfico lo que le impidió seguir con su prometedora carrera futbolística.
Al menos pudo competir en Primera con el equipo de su tierra, una categoría en la que hizo un tanto en sus 58 apariciones, pues no hubo tiempo para más. A José Manuel Alvelo le tocó vivir tiempos difíciles del R.C. Celta.
Salido del Gran Peña, este mediocampista ofensivo empezó a jugar con el equipo celeste en Segunda División. Vivió un ascenso y dos descensos, hasta que su trayectoria deportiva se detuvo en agosto de 1988.
- Le tocó seguir a su Celta postrado en una silla de ruedas de por vida. Sé que Alvelo es un gran seguidor de mis colores, pues suelo mantener contacto con él a través de las redes sociales. Os puedo decir que es un gran tipo y que suele disfrutar de la compañía de ex-compañeros suyos, algo realmente bonito.
José Manuel Alvelo Parredo fue uno de mis cromos favoritos, esos coleccionables que siempre guardé como oro en paño por mi celtismo. De sus ejemplares no me faltó ni uno.
Nació el 4 de mayo de 1962 en Lugo (España). Mientras el Celta atravesaba un mal momento compitiendo por Segunda B, Alvelo iba ya dando pasos firmes hacia la profesionalidad. Entonces llegaría al Gran Peña, un filial celtiña de donde salieron grandes jugadores.
Alvelo sería una de las más brillantes perlas de la cantera céltica, una gran promesa que había estado jugando a las órdenes de Agapito Viñas, un ex-jugador del Celta que se hallaba entrenando al equipo menor.
El Celta ya competía en Segunda con Carriega en el banquillo de Balaídos, quien le iba a conceder sus primeros minutos con el conjunto profesional. Desde la segunda jornada del campeonato 83\84, el medio lucense se acostumbraría a la titularidad e incluso dejaría su primer gol.
Ver al Celta en Primera sería cuestión de poco tiempo, y la frescura de Alvelo vendría muy bien para aupar al equipo a lo más alto. A mediados de los ochenta, Vigo festejaría el merecidísimo ascenso.
Ya en Primera, José Manuel Alvelo debutaría el 31 de agosto de 1985. Sería en un partido en Atotxa contra la Real Sociedad, en un disputadísimo duelo que acabaría con reparto de puntos (1-1). El lucense seguiría siendo indiscutible para Félix Carnero y hasta dejaría un gol en aquel ejercicio.
- Pese a que el Celta se mostró competitivo y cumplidor en Primera, no se pudo mantener el tipo en la categoría, aunque tampoco se tardaría mucho en volver al máximo nivel. En 1987, Balaídos festejaría otro ascenso.
Sin saberlo, Alvelo jugaría su última temporada con el equipo olívico. Tampoco lo haría con cualquier otro equipo debido a la tragedia que iba a suceder en el verano de 1988. Con el Celta salvado, José María Maguregui prepararía otro año más en la división de oro.
En plena pretemporada, Alvelo se iría a Sanxenxo para tomar algo con sus amigos. El retorno fue fatídico, ya que el vehículo en el que viajaban se estrellaría y el medio lucense quedaría postrado en una silla de ruedas por una lesión de medular con fractura de luxación vertebral. Aquel sería el fin de su carrera.
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