¿Te acuerdas de Esteban Torre?

- Seguro que todos recordáis el adhesivo de Esteban Torre, aquel centrocampista que en las colecciones oficiales solamente representó al Racing de Santander, el equipo de su querida ciudad.

Pasó muchos años compitiendo para el equipo cántabro, el único con el que le vimos en Primera División. También jugó en otros clubes como el C.D. Logroñés, Toledo y Universidad de Las Palmas.

Es el padre de Pablo Torre, ese talentoso chaval que pertenece al Barcelona F.C. y que ahora mismo defiende los intereses de un Girona que está de moda. La suerte del pequeño Pablo es que consiguió figurar en las colecciones siendo más joven que su padre Esteban.

- Éste era un centrocampista de muy buen pie, un buen lanzador desde fuera del área con precisa conducción de balón. En Primera División completó 90 partidos y dejó 6 dianas para el Racing de Santander.

Esteban Torre Ontañón nació en la mismísima ciudad de Santander (España), el 3 de octubre de 1971. Parece que sus inicios se remontan a los años ochenta, cuando jugaba para el Marina Sport.

Ya en la categoría juvenil, Torre se uniría al Racing, donde rápidamente progresó para tener sus opciones con el equipo principal, que a finales de los ochenta se hallaba compitiendo en Segunda.

En la campaña 89\90 tendría sus primeras apariciones con el cuadro cántabro, que al término del campeonato se vería descendiendo a Segunda B. En esta división se permaneció solamente un año, pues pronto se conseguiría volver a la categoría de plata, con Felines de entrenador.

Tampoco se iba a demorar mucho el regreso a Primera, ya con Esteban Torre más maduro y dispuesto a darse conocer por el máximo nivel. El conjunto santanderino ascendería en la campaña 1992\93.

Así fue como pudo estrenarse en la élite, el 5 de septiembre de 1993. En El Sardinero, el Racing recibía la visita del Rayo Vallecano, al que se ganaría por la mínima (1-0). Del medio santanderino se vieron algunos detalles de calidad, llegando a participar en 62 minutos del duelo ante los madrileños.

Torre se ganaría la titularidad al año siguiente, con Vicente Miera al mando de la plantilla. Entonces pudimos contemplar la mejor versión del centrocampista, que dejaría 5 tantos en aquel ejercicio 94\95.

- La verdad es que su gran momento fue efímero, ya que vendrían años difíciles para el jugador racinguista. Además de contar con mayor competencia, tampoco le acompañaría la forma física.

Habiendo tenido menos protagonismo en el curso 96\97, la directiva del club montañés optaría por ceder al jugador, que al año siguiente jugaría prestado en el Logroñés, de la Segunda División. 

Cuando todo parecía indicar que contaría para Nando Yosu, Esteban Torre sería descartado y se despediría así del primer nivel. En el curso 98\99 jugaría para un Toledo que se hallaba en el nivel dos español, donde también representaría a la Universidad de Las Palmas, su último equipo.