- En la Real Sociedad empezó su carrera, pero nunca consiguió estrenarse como profesional. Este meta irundarra tuvo que buscarse la vida por otros lares y en Murcia halló la posibilidad de competir en mayores niveles.
Sus primeros pasos fueron por Segunda División, aunque pronto ascendió a Primera con el equipo "pimentonero". Después de cuatro temporadas, Cervantes ficharía por el Real Betis Balompié.
Con el cuadro sevillano logró tener mayor estabilidad, al menos pudo ser así en sus dos primeros años como verdiblanco. A partir de entonces su carrera iría a menos, jugando con el Salamanca en Segunda División y retirándose ahí mismo con el descenso a la categoría de bronce.
Su nombre es Manuel Cervantes García y nació en Irún (España), el 6 de abril de 1957. Su padre, Iñigo Cervantes, fue un reconocido tenista español, aunque a Manuel le dio por el balompié.
Su trayectoria deportiva empieza en las filas menores de la Real Sociedad. Como mucho, Cervantes llegaría a representar al equipo filial, pero nunca tuvo la posibilidad de debutar con los mayores en competición oficial.
No fue fácil competirle el puesto al ilustre Luis Arkonada, guardameta internacional que lo jugaba todo con la Real Sociedad. Sin opciones en el equipo "txuriurdin", Cervantes tendría que cambiar de aires.
Encontró un hueco en la plantilla del Real Murcia, club que se hallaba en Segunda División. A comienzos de los ochenta consiguió profesionalizarse, disputando 14 encuentros y repartiéndose los minutos con el vizcaíno Francisco Echevarría, quien ejerció de titular.
Y así seguiría al año siguiente con Eusebio Ríos de entrenador, el hombre que conseguiría llevar al Murcia a Primera, una categoría en la que Manuel Cervantes iba a debutar con cromo y todo.
Se perfilaría como titular en su debut por la división de oro. El 3 de septiembre de 1983, el arquero vasco inauguraría el campeonato como guardián de La Condomina. Curiosamente fue ante la visita de la Real Sociedad, a la que consiguieron vencer ante los suyos, por 3-1.
- Fueron 28 encuentros los que afrontó en aquella campaña que terminó con la permanencia del cuadro murciano. Por desgracia, Pere Mora le quitaría el puesto al año siguiente, y el irundarra solamente intervendría 8 partidos de una temporada que terminaría con descenso a Segunda División.
Para seguir compitiendo en la élite, Cervantes hallaría acomodo en el Real Betis, equipo en el que consiguió ser indiscutible con Luis Cid Carriega en el banquillo del Benito Villamarín.
Fueron tres años teniendo bastantes apariciones, hasta que en su última campaña como bético fue relegado al banquillo. Manuel Cervantes se iría al Salamanca, para el que jugaría cuatro años más.
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