- Nos mantenemos en los años noventa, que fue cuando este defensor se dio a conocer con el Rayo Vallecano, club al que llegó tras jugar para el histórico Pegaso. En 1992, este jugador vivió un año muy especial.
Formó parte de la España olímpica que fue campeona en Barcelona 92 y celebró el ascenso del Rayo a Primera División, una categoría en la que Miguel compitió durante cinco temporadas.
Pero no toda su experiencia en el nivel superior fue con el equipo madrileño, pues estuvo tres años en un Espanyol que abandonó para vivir otro ascenso con el Salamanca. En la categoría de plata también representó al Lleida, pasando posteriormente por Terrassa y Móstoles.
Miguel Hernández Sánchez nació en Madrid (España), el 19 de febrero de 1970. Este campeón olímpico se desempeñaba como defensa central y en su barrio pudo demostrar su clase.
Lo hizo jugando para el Nothingam Prisa de Santa Eugenia. Después de probar en el futsal, Miguel se incorporó al C.D. Pegaso, con el que pudo competir en la Segunda División B desde finales de los ochenta.
Dos buenos años en el Pegaso bastaron para que los directivos del Rayo Vallecano se fijasen en él. A principios de los noventa, Miguel se uniría a la entidad vallecana, que competía en Segunda División.
En ella fue teniendo sus primeras apariciones, hasta que en su segundo año con el equipo de la franja se empezó a intuir el ascenso a Primera. Con la llegada de José Antonio Camacho, el "Rayito" conseguiría subir al máximo nivel en 1992.
Ya con el oro olímpico, el zaguero madrileño se prepararía para debutar en lo más alto de la Liga Española. El 5 de septiembre de 1992, tuvo la titularidad en un partido en el Luis Casanova frente al Valencia C.F., contra el que se perdió por un ajustado resultado de 1-0.
Miguel llegó a ganarse la titularidad y hasta marcó los únicos tantos que pudo registrar en la categoría de oro. En ésta defendió los intereses del Rayo hasta 1994, cuando Vallecas tuvo que lamentar el descenso a Segunda.
- Pero Miguel seguiría compitiendo en la élite, ya que fichó por el R.C.D. Espanyol. En Barcelona coincidiría de nuevo para Camacho, aunque no tuvo fácil ganarse el sitio como jugador "perico".
El defensa madrileño no conseguiría pasar de dos partidos ligueros con el Espanyol, además de otros dos encuentros en la Copa del Rey. En el mercado invernal del curso 96\97, Miguel abandonaría el club catalán.
Así escapó su experiencia en Primera División, en la que completó 66 apariciones e hizo aquellos 2 goles con el Rayo. Se fue a Salamanca para disfrutar de un épico ascenso, pero no seguiría en el equipo "charro". Miguel acabaría su carrera jugando para Lleida, Terrassa y Móstoles.
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