- Terminó su carrera en un mítico club como el Honvéd magiar, después de haberlo intentado por Grecia con el Aris. Tuvo un fin de carrera inesperado, ya que los inicios de Pablo Coira apuntaban más alto.
Este lateral derecho debutó como profesional con la S.D. Compostela, de donde pasó a un Celta que competía por Europa. En Vigo no pasaría de ser un recambio de banquillo, con pocas apariciones en el máximo nivel.
Solo con el Celta de Vigo pudo sumar apariciones en Primera, ya que los años posteriores no fueron mejores. Coira competiría en Segunda División con Deportivo Alavés y Recreativo de Huelva, saldría al extranjero y pasaría por modestos clubes como el Figueres y el filial del Espanyol.
- La parte más importante de sus inicios vino con su representación de la selección española Sub-20, con la que ganó el Mundial de Nigeria en 1999. Aquella potente escuadra contaba con jugadores como Iker Casillas, Xavi Hernández, Pablo Orbaiz y su compañero céltico Pablo Couñago.
Creo que tuve todos sus cromos, o como celtista siempre intenté tener a los míos. Pablo Coira Lojo fue un carrilero derecho con buen pase, mejor colocación y mucha garra.
Nació en la localidad pontevedresa de Vilagarcía de Arousa (España), el 18 de octubre de 1979. Cuando Coira ingresó en las filas del Compostela, era una firme promesa del fútbol nacional.
El club santiagués se hallaba en Segunda tras haber estado compitiendo en la élite durante unos años. Coira debutaría a las órdenes de Antonio Maceda, quien no duraría mucho en el banquillo del Multiusos de San Lázaro, al igual que otros entrenadores de aquella nefasta campaña 98\99.
Coira solamente jugaría durante un año para el equipo de la capital gallega, ya que el R.C. Celta buscaba el sustituto de un Míchel Salgado que se había marchado al Madrid. El arousano sería una buena apuesta.
El joven lateral gallego no lo iba a tener fácil, ya que Juan Velasco iba a ser la primera opción de Víctor Fernández para cubrir el flanco derecho. Aún así, Pablo Coira iba a tener la oportunidad de debutar en Primera.
Esto sucedería el 13 de febrero del año 2000. El pontevedrés contaría con escasos minutos de una gran cita en Balaídos contra la Real Sociedad. La misión sería atar un partido casi ganado, ya que los celestes se impondrían a los vascos por un contundente resultado de 4-1.
Cuatro temporadas estuvo el arousano en el club olívico, con el único que pudo competir en la categoría máxima, en la que llegó a tener 42 apariciones en las que nunca se permitió el lujo de hacer goles.
En 2003 se marcharía del Celta y se perdería el año de Champions, para entonces jugar en el Deportivo Alavés. En Segunda representó también al Recreativo, de donde se fue al Aris griego, y más tarde Figueres y Espanyol B. Su carrera acabó en Hungría, con el histórico Honvéd.
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