- Si hay un cromo que recuerde mucho, ese es el de Patxi Villanueva, un mítico portero del Celta que nunca tuvo fácil hacerse con la titularidad, y es que el club vigués siempre tuvo muy buenas opciones para la portería.
Siempre nos quedaba la de darle la titularidad en nuestros juegos de calle, bien con las chapas o con los propios cromos doblados a la mitad. Desde luego, entonces nos sobraba imaginación para pasar el día.
Casi toda su carrera fue de celeste, quince años defendiendo un escudo que siempre admiró desde que era pequeño. Después vendrían otros tiempos, jugando para el Levante en Segunda y finalizando con el Gondomar y Peña Sport. Más tarde ejercería como preparador de porteros en el Celta.
- Hablo de uno de esos jugadores que no se olvidan, de cuando alimentaba mi celtismo a muchos kilómetros de mi querida Vigo. Aunque fuera un eterno suplente, Villanueva siempre fue especial para mi.
Siempre fue muy celtista, pero Francisco Villanueva Medina no es gallego de nacimiento. Nació en un municipio navarro llamado Marcilla (España), el 27 de julio de 1965.
Un buen día, Patxi decidió plantarse en Vigo para cumplir un sueño, ya que desde pequeño fue celtista. Logró presentarse a unas pruebas con el club celeste, las superó, y así consiguió entrar en las categorías inferiores.
Villanueva fue trabajando duro hasta ganarse un sitio en el plantel profesional. Entonces, el Celta se hallaba compitiendo en la categoría de bronce con el técnico yugoslavo Milorad Pavic, en la campaña 1980\81.
En aquel momento, Joan Capó era el portero titular de la escuadra olívica, pero hubo un momento en el que Villanueva tendría la ocasión de ponerse bajo palos. Pavic le haría debutar en Segunda B, en un choque a domicilio contra el Logroñés que se saldo con empate a tres.
El Celta conseguiría seguir a Segunda con Pavic, y poco más se iba a tardar en ascender a la máxima división. No fueron años fáciles para Villanueva, pues surgiría la figura de Javier Maté, y éste no le iba a dar muchas opciones.
Durante muchos años se acostumbraría a la suplencia, interviniendo en algunos encuentros de Copa y esperando con paciencia su debut en Primera División. Antes de que esto ocurriera, el equipo gallego había descendido a Segunda y obtenido un rápido retorno a la división de oro.
- Su momento llegaría el 21 de mayo de 1988, con Pepe Villar de entrenador y la Liga casi terminada. En una visita al Sánchez Pizjuán, el de Marcilla mantendría su arco a cero y el Celta ganaría al Sevilla por 0-3.
Tuvo la titularidad en la campaña 91\92, para ayudar en otro ascenso antes de que se fichase a Santiago Cañizares. Su momento de gloria en Primera llegaría con la marcha del cancerbero madrileño.
Pese a que nunca tuvo la facilidad de ganarse el sitio en la portería, Patxi Villanueva quiso mantenerse en su querido Celta hasta casi retirarse, dejando la Primera División con tan solo 32 apariciones. Jugaría después para el Levante en la segunda categoría, pasaría por el Gondomar y se retiraría en el Peña Sport.
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