- Abro mi vieja caja de cromos para encontrar y admirar la estampa del atacante Antonio Martínez "Mori". Gaditano de nacimiento, inició su actividad profesional con el Málaga, para el que debutó en Primera División.
Sin suerte en el equipo de la Costa del Sol, Mori se buscaría la vida por equipos como el C.D. San Fernando y Cádiz. Cuando militaba en el Cacereño, el delantero sería llamado por la directiva del R.C. Celta.
Pronto de destaparía como uno de los mejores goleadores del equipo vigués, con el que tuvo que competir hasta en tres categorías diferentes en la etapa más ascensora de un Celta que tendría sus años por la alta competición. Nueve temporadas pasó en la entidad gallega, hasta que se retiró en 1984.
- Contemplamos algunas joyitas coleccionables de este futbolista aguerrido y con mucha clase, un hombre de difícil carácter que vivió del fútbol hasta los 32 años, llegando a completar en la división de oro unas cifras de 92 encuentros y 16 goles a su favor.
Antonio Martínez Sánchez era conocido en el mundo del deporte como "Mori". Nació el 15 de diciembre de 1951 en la localidad gaditana de Barbate (España). Mísmamente por allí empezó a jugar con la pelota en equipos de barrio... hasta que recaló en el C.D. Málaga.
Su especialidad era ocupar zonas de ataque, bien como interior derecho, por bandas o como un delantero centro con hambre de gol. Progresó en la cantera del club "boquerón" y llegó al primer equipo en 1970.
En el banquillo de La Rosaleda estaba el técnico magiar Jenö Kálmár, el hombre que convocó a Mori para entrenar con la plantilla profesional y quien tuvo a bien concederle sus primeros minutos con el Málaga.
Mori ya sería titular en la tercera jornada del campeonato liguero, un 27 de septiembre de 1970. En la Creu Alta, el conjunto andaluz se enfrentaría a un oficioso Sabadell que se impondría en su feudo por 5-2.
El joven delantero seguiría contando para el míster y supo aprovechar al máximo sus opciones para estrenarse como goleador en la alta división. Mori marcaría de forma consecutiva ante equipos como la Real Sociedad y Sporting de Gijón, cerrando su rodaje por Primera con 11 apariciones.
En los próximos años no tuvo tan fácil seguir sumando apariciones, y eso afectaría su nivel goleador y su evolución en el fútbol profesional. Por ende, el atacante gaditano se marcharía cedido al C.D. San Fernando.
Tuvo que empezar casi de cero para ganarse un buen nombre, aprovechando sus ocasiones para destacar en Segunda con el Cádiz C.F., con el que marcó 4 y 3 tantos en sus dos campañas por la "Tacita de Plata". No fue fácil ganarse un sitio en el equipo amarillo, así que de cara al curso 75\76 tendría que salir cedido al Cacereño, con el que volvió a competir en Tercera División.
No fue por mucho tiempo, puesto que Mori se encontraría con la posibilidad de ascender un peldaño en su ajetreada carrera deportiva. En medio de aquella campaña, el de Barbate ficharía por el R.C. Celta de Vigo, que por entonces competía en Segunda con Mariano Moreno de entrenador.
Como ya he dicho, fueron años de ascensos y descensos, y Mori contribuyó con 9 dianas a a recuperar la categoría en 1978, registrando 10 en el ejercicio siguiente, en lo que fue su momento más lúcido por la élite.
Hubo momentos complicados, en lo colectivo y en lo personal. Sin embargo, el punta andaluz siempre estuvo a las duras y las maduras, ya que el Celta se vería en Segunda B con la llegada de los años ochenta.
Con la contratación de Milorad Pavic se conseguiría volver a Primera en tiempo récord. Mori tuvo la oportunidad de despedirse del nivel superior con un último gol. Con el último descenso a Segunda del club olívico, el andaluz anunciaría su retirada del fútbol en 1984.
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