- A este jugador le reconozco de algún cromo y poco más, pero porque su mejor momento futbolístico me pilló siendo un mocoso. Pablo fue un atacante asturiano que en su tierra solamente pudo formarse y poco más.
Fue con el Valencia C.F. cuando se ganó el conocimiento del mundo profesional, aunque en aquellos años no se consideraba a los futbolistas como asalariados del estado. Fueron tiempos de otro fútbol, más noble, más común.
Solo con la entidad valencianista pudo competir por Primera División, en una etapa en la que además celebró títulos importantes. Abandonaría la Ciudad del Turia para recalar en la U.D. Salamanca, equipo con el que concursó en Segunda División antes de retirarse en el Levante U.D.
Pablo Rodríguez Flores nació el 8 de marzo de 1955 en una localidad asturiana llamada Turón, procedente al concejo de Mieres (España).
Con el Club Deportivo Gijón fue dando los primeros pasos, compitiendo un par de años en el tercer nivel, pero sin contar con la posibilidad de subir al Sporting. Por aquel entonces, Pablo era una de las grandes perlas del fútbol asturiano, pero pronto abandonaría su tierra.
Pablo ficharía por el Valencia C.F., aunque inicialmente seguiría en Tercera con su filial, el Mestalla. No obstante, el atacante turonés no tardaría en tener sus primeras convocatorias con la plantilla profesional, dirigida por el técnico francés Marcel Domingo.
El 8 de abril de 1978, el asturiano contaría con la opción de debutar en la alta competición. En un partido en casa contra el Rayo Vallecano, el delantero contaría con minutos como suplente. El Valencia ganaría por 7-0.
Asomaría la cabeza en el primer equipo poco a poco, contando con muchas más apariciones en la campaña 78\79, en la que el equipo "ché" conseguiría proclamarse campeón de la Copa del Rey.
Con la llegada de Alfredo Di Stéfano pasaría a ser un jugador más importante, instalándose en la titularidad para celebrar sus primeros goles por la élite. Pero sus aciertos no fue lo único que festejó en aquel ejercicio, ya que el Valencia ganaría esta vez la Recopa de Europa.
- Al año siguiente vendría la Supercopa europea, el último título de Pablo Rodríguez como jugador valencianista. Los años siguientes fueron más bien de supervivencia, ya para quemar sus últimas etapas.
Permaneció en la entidad valenciana hasta la campaña 1983\94, habiendo jugado ya menos para un equipo al que defendió durante siete temporadas, todas ellas en Primera División. Ahora tocaría vivir de otro fútbol.
Dejó en el máximo nivel un total de 104 partidos en los que marcó 8 tantos. Su siguiente destino sería la U.D. Salamanca, club para el que jugaría durante una temporada en Segunda División. Pablo dejaría la entidad de El Helmántico para jugar sus últimos partidos con el Levante U.D.
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