- En su día, este defensor catalán tuvo la suerte de debutar en el primer nivel con el F.C. Barcelona, club en el que recibió la preparación para ser un sorprendente lateral que llegaría a cumplir con muchos partidos.
Tuvo que salir del Barça ante la falta de protagonismo, para irse a un Salamanca que entonces se hallaba compitiendo entre los grandes. Por El Helmántico, la figura de Corominas brilló con pronunciada fuerza.
Tras el descenso del equipo salmantino, Corominas fichó por el eterno rival, el R.C.D. Espanyol. Con el equipo "perico" terminaría su andadura por la categoría máxima para ir jugando sus últimos partidos con clubes modestos como el C.F. Lloret y Reus Deportiu, con el que se retiró.
- Luego empezaría una carrera técnica en la que dirigió a bastantes equipos, aunque ninguno de ellos de Primera División. De modo que los únicos cromos que pudimos tener de este hombre fueron los que lució en su época de corto.
Miquel Corominas Queralt nació en Barcelona (España), el 8 de enero de 1955. Sus hijos heredaron la pasión por este deporte, pero no han llegado tan lejos como él.
Este defensor fue una firme promesa de la cantera del Barça. Actuaba como lateral derecho, sin presentar algún problema para actuar por el carril izquierdo. A mediados de los setenta ya despuntaba en el filial barcelonista.
Con sus buenas actuaciones, poco tardaría en llegar al primer equipo. Fue el alemán Hans Weisweiler el que le llamó para dar sus primeros pasos como profesional a lo largo del ejercicio 75\76.
El 6 de septiembre de 1975, Corominas tendría la gran ocasión de estrenarse en el máximo nivel. En el estadio Martínez Valero, el Elche recibía la visita del poderoso Barça, y en el once titular aparecía el bueno de Miquel. Los catalanes no serían muy superiores, pero ganarían por 2-3.
Entre partidos europeos, de Liga, Copa del Rey, el canterano tendría bastantes apariciones en su primera temporada como jugador "culé", aunque sería la única. Al año siguiente no contaría para el neerlandés Rinus Michels y completaría el curso jugando para el conjunto filial.
Ya para la campaña 77\78, el jugador se comprometería con la U.D. Salamanca, que también estaba en Primera División. Desde su llegada, el defensa catalán iba a ser indiscutible para José Luis García Traid.
- Nos acostumbramos a ver su figura en los cromos de los ochenta, pasando muy buenas temporadas con el equipo "charro", con el que además hizo bastantes goles hasta la llegada de los años ochenta.
Corominas estuvo cuatro años en el Salamanca, club del que marcharía tras el descenso de la campaña 80\81. Fue entonces cuando el carrilero se comprometió con el Espanyol, el eterno rival del F.C. Barcelona.
Con el equipo blanquiazul disputaría sus últimos encuentros en la categoría de oro, en la que completó 175 apariciones e hizo 21 goles. En 1984 saldría de la disciplina de Cornellà para jugar en el modesto Lloret. La carrera de Corominas terminaría en el C.F. Reus Deportiu.
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