- Aunque no me alcanza la memoria para saber que fue un magnífico jugador del R.C. Celta de Vigo, sí pude tener un cromo suyo que un día me regalaron por mi afición al club vigués, al que Ademir Vieira llegó a representar en la Primera División española y otras categorías más bajas.
Los más míticos le recordarán como un futbolista que honró al Celta hasta por la categoría de bronce. No fue un Pelé o un Ronaldo, pero Ademir consiguió ser un ídolo en sus años que pasó compitiendo por Balaídos.
Este centrocampista tuvo sus inicios con equipos como el Santo André u Olhanense, e incluso lo intentó por el fútbol norteamericano con Toronto Metros. En Portugal jugó también para Oporto, Imortal y Louletano.
Ademir Vieira nació en São Paulo (Brasil), el 21 de octubre de 1951. Con Esporte Clube Santo André labró sus inicios y pronto se atrevió a cruzar el charco, para llegar a Portugal y así fichar por el S.C. Olhanense.
Como las grandes estrellas, Ademir probaría en Norteamérica, con el Toronto Metros canadiense. Pronto regresaría al país vecino para unirse a uno de los grandes de la Primeira Liga, el F.C. Oporto. A este club se unió en 1975.
Jugó unos cuantos partidos para el equipo do Dragão, así que varios clubes españoles ya tenían apuntado su nombre en la agenda. En 1978, el centrocampista brasileño llegaría a Vigo para fichar por el R.C. Celta, que entonces se hallaba en Primera con Laureano Ruiz de entrenador.
Ademir no tendría muchas apariciones en su primera campaña de celeste, debutando como tal, en un partido de la Copa del Rey frente al Alondras. El medio paulista anotaría en aquella amplia victoria por 0-4.
Unos días después, el 15 de octubre de 1978, el jugador debutaría en Liga. Fue en El Sardinero, contra un Racing que se impondría por 2-0. No se le pudo ver mucho más en acción durante aquel primer año como céltico, en el que también se estrenó como goleador liguero frente al Real Madrid.
Mal acabó aquella campaña, con un Celta que descendió a Segunda División. Peor sería al año siguiente, cuando Balaídos tuvo que lamentar la bajada a Segunda B. Por suerte, Milorad Pavic ficharía por el club olívico.
- El técnico balcánico supo exprimir toda la calidad del mediocentro brasileño, que en aquel ejercicio haría 7 tantos para colaborar en el retorno a la categoría de plata. Ademir ya se había ganado al celtismo.
El milagro que obró Pavic fue increíble, ya que conseguiría meter de nuevo al Celta en la alta competición en 1982. Por desgracia, al gran Ademir no le quedaba mucho tiempo en la entidad celeste.
Jugó un último partido para despedirse de la Liga Española, en la que el brasileño hizo unos pobres números de 5 partidos y un gol. Sus mejores registros fueron en las divisiones menores. Después volvería al Olhanense y ya se retiraría en Portugal, donde jugó también para Louletano e Imortal.
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