- Uno de los muchos guardametas vascos que hemos visto pasar por la Liga Española, y otro de los grandes. Empezó con la Real Sociedad en Segunda División y poco tardaría en convertirse en todo un líder bajo palos.
Durante años compitió para el club de su tierra, para irse al sur y empezar de nuevo desde la categoría de plata, esta vez como miembro del Betis Balompié, donde Esnaola pasaría el resto de su carrera.
Fue leyenda bética, jugando un buen número de partidos en la máxima categoría en las doce temporadas que permaneció en Sevilla. Se retiró ya muy veterano, habiendo probado esa sensación de figurar en las nuevas colecciones de cromos, casi siempre vestido de verdiblanco.
Muchos coincidirán en que José Ramón Esnaola Laburu fue uno de los mejores arqueros de su época, un hombre que vivió tres décadas de fútbol, con muchos años compitiendo en la élite.
Nació en el municipio guipuzcoano de Andoain (España), el 30 de junio de 1946. Empezó a jugar al fútbol por afición, como cualquier otro chaval. Su primer equipo fue el Euskalduna Andoaindarra, donde estuvo hasta mediados de los sesenta.
Pasó a formar parte de la Real Sociedad, que de aquella competía en Segunda División. En aquellos difíciles momentos, Esnaola tendría la oportunidad de repartirse los minutos con Adolfo Arriaga.
En la campaña 66\67, la directiva apostaría por Jesús Mari Zubiarrain, quien no daría opción a que el joven de Andoain tuviese minutos con el equipo "txuriurdin", justo en el año en que la afición de Atotxa conseguiría festejar el ascenso a Primera División.
Pese a que aún no sería titular, "Gorriti" conseguiría debutar en el alto nivel con Andoni Elizondo de entrenador. El día de Nochevieja de 1967, el meta guipuzcoano celebraría la despedida del año con la portería a cero y una contundente victoria frente al Elche, que se fue de San Sebastián con un 5-0.
Esnaola contaría con todo el protagonismo a partir del curso siguiente, manteniéndose en la titularidad hasta 1973, que es cuando surgió la figura de otro grandísimo portero como Javier Urruti.
- Su próximo destino sería el Real Betis Balompié, al que se encontró en el segundo nivel. Pronto se haría con la portería, ayudando a que el equipo sevillano ascendiese a Primera en aquella campaña 1973\74.
Durante años, Esnaola se acostumbraría a ser el guardián bético, pasando de ganar la Copa del Rey en 1977 a bajar a Segunda al año siguiente. Por suerte, el Betis volvería a subir por la vía más rápida.
José Ramón Esnaola aguantaría jugando hasta los 38 años, y casi siempre cumpliendo con un buen número de encuentros a sus espaldas. A mediados de los ochenta, el cancerbero guipuzcoano aparcaría los guantes habiendo cumplido en Primera División 469 partidos.
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