- Antes de que el mítico Ablanedo se asentase en la portería del Sporting de Gijón, varios guardametas defenderían los intereses del club asturiano, y José Aurelio Rivero sería uno de tantos.
De hecho, Ablanedo sería el sucesor de este ovetense en el marco de El Molinón, después de ocho temporadas perteneciendo a la entidad gijonesa, con la única que compitió a nivel profesional.
En sus años como futbolista, Rivero vivió tiempos convulsos y un poquito de todo, viendo al Sporting en Segunda y en Primera, dejando el club a mediados de los ochenta, ya asentado en la categoría máxima. Este arquero jugó para los niveles juveniles de la selección española.
Lo malo es que nunca tuvo la oportunidad de asentarse en la titularidad, y tampoco fue fácil hallar buenos guardametas que cubriesen la portería de un Sporting que pasó ciertos apuros para mantenerse en la élite.
Rivero no era un mal portero, y eso dice todo aquel que le vio jugar. Ya había debutado como profesional cuando yo había nacido, pues éste hombre nació el 15 de septiembre de 1955 en Oviedo (España).
Con el Club de Fútbol Fundación Masaveu dio los primeros pasos en el mundo del balompié, aunque también había estado anteriormente en el filial sportinguista y en el Deportivo Gijón.
Rivero seguiría perteneciendo al equipo menor del club rojiblanco cuando pronto se ganaría su primera convocatoria con los profesionales. En algún momento del curso 1973\74, el meta ovetense había entrado en la lista del entrenador, pero no tuvo oportunidad alguna finalmente.
Tuvo que estar a la sombra de Jesús Castro durante unos años, aún jugando para el conjunto filial. Con el Sporting en Segunda, Vicente Miera le utilizaría para los partidos de la Copa de España. Para debutar en Liga, el bueno de Rivero tuvo que esperar hasta la temporada 1978\79.
El difunto hermano de Quini le cedería su sitio en 8 partidos de aquel ejercicio, siendo el primero de ellos el que tuvo una tarde en Balaídos, contra un Celta ante el que se sumaría un positivo (1-1).
- Le quedaban muchos años para ganarse el puesto en el equipo de su tierra, pero no fue sencillo mientras Castro estuvo en activo... y después apareció el pontevedrés Claudio Silva.
Rivero se ganó el puesto con la marcha de ambos cancerberos, pasando a ser el aspirante un joven Ablanedo. En la campaña 83\84, Rivero fue el portero titular del mítico técnico Vujadin Boskov.
Tampoco era muy veterano cuando José Aurelio Rivero decidió colgar los guantes. En la temporada 1984\85, Díaz Novoa apostaría por el cromo de Ablanedo II, y el de Oviedo solamente pudo intervenir en 2 encuentros de Liga, los últimos de su recorrido profesional.
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