- De esos eternos porteros suplentes que vivimos en los años ochenta. Barroso tuvo la paciencia de aguardar siempre su oportunidad, esa titularidad que algún muchacho le daría recortando su cromo para ubicarlo en un tapón de refresco o cerveza y así jugar a las chapas con otros compañeros.
Empezó jugando para equipos como el Real Jaén y Deportivo Xerez, siendo un joven valor bajo palos que algún día hallaría la ocasión de poder debutar entre los grandes, y eso ocurriría con su fichaje por el Real Betis Balompié.
No tuvo muchas apariciones en Primera con el equipo verdiblanco, en el que permaneció unas temporadas, siempre en busca de hacerse con el puesto. Barroso se retiró a mediados de los ochenta.
Ahí tenemos la imagen de esa vieja cartulina, con un portero joven en acción, con su mostacho y su cabello rubio. En este artículo disfrutamos de dos ejemplares coleccionables, los que un servidor pudo poseer entre sus joyas.
- Aquella fue su única aparición de la temporada, y lo mismo le iba a esperar al año siguiente, cuando tuvo que volver a calzarse los guantes ante otra baja de Esnaola, en un duelo a domicilio frente al Barça.
Jacinto Barroso Marcos nació en Jaén (España), el 18 de junio de 1957. Algún día llegaría al club más importante de su ciudad, un Real Jaén que por entonces competía en Segunda División.
En aquella campaña 77\78, el joven arquero no conseguiría estrenarse bajo la portería del equipo andaluz. Antes de contar con sus primeros minutos, Barroso debería probar con el Xerez Deportivo, al que defendería en 3 ocasiones en la categoría de bronce estatal.
Barroso volvería a Jaén para ganarse el puesto. El equipo se hallaba en Segunda B, y el canterano se afianzaría en la meta jienense en la campaña 80\81, la que no iba a terminar en La Victoria.
Y todo fue por el fuerte interés que se había mostrado desde Sevilla. Jacinto Barroso se marcharía a Heliópolis para comprometerse por el Betis, que entonces competía en Primera con Luis Cid Carriega de entrenador.
El 5 de abril de 1981, el arquero jienense aprovecharía para debutar en la élite, ya que José Ramón Esnaola se había lesionado. Con el Athletic de visita por el Benito Villamarín, el joven cancerbero se mostraría seguro y mantendría su meta a cero, y el Betis se impondría por 2-0.
El joven arquero andaluz tendría también alguna oportunidad en Copa, pero ya no volvería a jugar en Primera División, categoría en la que terminó con aquellas dos apariciones como jugador bético.
Continuó en nómina del equipo sevillano hasta la campaña 1985\86, que sería la última como miembro de la entidad bética. Barroso tuvo que acostumbrarse a ser un eterno suplente del Benito Villamarín. Desconozco donde terminó su carrera profesional.
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