- Hace décadas, no todos los futbolistas vizcaínos tenían la necesidad de alcanzar la profesionalidad con el Athletic de Bilbao, pues el Sestao también andaba compitiendo a muy buen nivel y en Segunda División.
Jesús María Bastida fue un ejemplo claro, un jugador que empezó en el club de Las Llanas y fue jugando unos cuantos partidos antes de fichar por el Real Burgos, con el que se le abrieron otras puertas.
Tampoco fueron muchos partidos los que Bastida cumplió en Primera con el equipo burgalés, ya que fueron 11 apariciones, nada más. El problema fue que se descendió a Segunda, y el lateral solo estaría un año más.
Después regresaría al Sestao y celebraría otro ascenso, compitiendo en el segundo nivel con otros clubes como el Deportivo Alavés y Eibar. Su último equipo fue la Gimnástica de Torrelavega, colgando las botas en la Segunda División B. Creo que Bastida no jugó para nadie más.
Pocos cromos pudimos coleccionar de este defensor que se movía por el flanco derecho como carrilero. Más abajo podéis observar la vista delantera y trasera de un ejemplar de Ediciones Este, de la campaña 1992\93.
Jesús María Bastida Montoya nació en la localidad vizcaína de Basauri (España), el primer día de abril de 1968. Desconozco los primeros clubes para los que jugó, aunque a principios de los noventa ya formaba parte de un Sestao Sport Club que militaba en la división de plata española.
Entrenaría a las órdenes de Blas Ziarreta, el hombre que le iba a conceder su estreno profesional con el conjunto sestaotarra. En noviembre de 1990, Bastida saldría de inicio en el campo de Las Llanas, donde se recibió a un Sabadell que pudo sacar un punto de tierras vizcaínas (0-0).
En su segunda temporada como miembro verdinegro, el lateral lo jugaría casi todo y anotaría un tanto en casa frente al Mérida. Su rendimiento gusto tanto, que el basauritarra manejaría varias ofertas.
Bastida ficharía por el Real Burgos, que entonces estaba en manos del holandés Theo Vonk. Aquella plantilla contaba con varios futbolistas vascos, Javi Bengoetxea, Joseba Aguirre y Agustín Elduayen, entre otros.
Así es como Bastida pudo tener sus primeros minutos en Primera División. El 18 de octubre de 1992, el defensa bilbaíno sería titular en el estadio Carlos Belmonte, donde el Sestao se midió al Albacete. La cosa acabó mal, ya que los franjipardos perderían por 4-0.
Hubo cambios de entrenador en aquella desastrosa planificación, y Bastida no podría ganarse la titularidad dentro de un equipo que se fue desmoronando a medida que fueron pasando las jornadas.
Finalmente, el Burgos acabaría descendiendo a Segunda, y el zaguero basauritarra apenas pudo demostrar su valía en el nivel más alto de la Liga Española, en el que ya no volvería a competir.
- Siguió un año más por El Plantío, aunque todo fue a peor. El Burgos descendería otra vez y Bastida no continuaría más en la entidad castellana, habiendo intervenido en otros 14 partidos sin poder establecerse en la plantilla. Así terminarían sus dos años como franjipardo.
Volvió al Sestao para recuperar su mejor versión. El defensor vasco ayudaría al equipo verdinegro a recuperar su sitio en Segunda, cumpliendo con bastantes apariciones a las órdenes de Ziarreta.
Aquel mítico club entraría en una profunda crisis, y eso haría que poco a poco fuese desapareciendo. Por su parte, Bastida se buscaría la vida. No se iría muy lejos, ya que ficharía por el Deportivo Alavés.
En el club "babazorro" estuvo un año, mas otros dos que pasó en Ipurua, con la S.D. Eibar. Los últimos partidos del defensor vizcaíno serían con la Gimnástica de Torrelavega, para retirarse en el nuevo milenio.
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