- Esta es la historia de un cromo que no tuvo suerte pese a sus brillantes inicios en la cantera del Real Betis Balompié. Un problema de salud le obligó a dejar el deporte cuando muchos le auguraban un maravilloso porvenir por la élite, como una de las grandes joyas de la factoría bética.
Manuel Palomino hizo un gran papel con el Betis Deportivo, con el que vivió el primer ascenso a Segunda B antes de dar el salto al primer equipo. El delantero tuvo sus apariciones con el Betis en Primera División.
Fueron pocas sus opciones para triunfar entre los más grandes y Palomino seguiría su camino con clubes de la categoría de bronce, pasando de la U.D. Melilla, al Real Jaén. Parece que el Atlético Sanluqueño fue su último destino.
- Mucho valorábamos aquellos "cromos-fichajes", los que guardábamos como un tesoro y utilizábamos para intercambiar por varios cromos. Tener un fichaje era ser más poderoso en esto de las colecciones. Como vemos en la imagen anterior, Palomino era el fichaje número 10.
Yo no le vi jugar, pero siempre podremos encontrar a gente que nos hable de sus maneras, y parece que este jugador tenía un don especial. Era un jugador técnico, goleador y diferencial. Quien disfrutó de sus inicios, asegura que este cromo bético era todo un líder de campo, capaz de marcar los goles de tres en tres y hasta de cinco en alguna ocasión.
Manuel Palomino Peralta nació el 8 de mayo de 1966 en Sevilla (España). Se inició en el fútbol con el equipo de su barrio, en las Tres Mil Viviendas. De ahí pasaría a formar filas en la cantera del Real Betis.
No tardaría en deslumbrar con su talento, ayudando al conjunto juvenil a conquistar la Copa en 1983 y llegando al filial como un jugador destacado que no tardaría en debutar con los mayores. El joven atacante ya entrenaría a las órdenes del técnico Pepe Alzate.
Nada más empezar el año 1984, el equipo sevillano recibía en el Benito Villamarín la visita del Real Valladolid. En un encuentro sin demasiadas complicaciones, los de Alzate conseguirían imponerse por 3-1, y el joven debutante contaría con unos minutos como presentación oficial.
Palomino siguió sirviendo al filial, pero tendría otras citaciones a lo largo de aquel curso en el que se le volvería a ver en la Copa de la Liga, disputando la ida y vuelta precisamente contra el Valladolid.
Al año siguiente, Palomino conseguiría ser titular en aquella jornada de la huelga de futbolistas profesionales que obligó a los clubes de Primera y Segunda a echar mano de sus filiales para no parar el campeonato.
El joven delantero sevillano lució sus mejores cualidades en La Condomina, donde el Betis conseguiría los dos puntos tras derrotar al Real Murcia gracias al solitario tanto de su nueva perla, que completó los noventa minutos.
- Aún se le vería en dos partidos más de Liga, frente a fuertes equipos como la Real Sociedad y Athletic Club de Bilbao. Fueron las últimas apariciones del canterano, y en ambas actuó como recambio de banquillo.
Le faltaron minutos para demostrar ese talento que ya se conocía con sus actuaciones con los equipos menores. Su experiencia en Primera División concluiría con aquel tanto en Murcia y 4 partidos ligueros.
El jugador siguió representando al filial, dejando importantes goles para colaborar en el histórico ascenso a Segunda B en la campaña 1984\85. Palomino continuó en el equipo menor verdiblanco durante dos años más, siendo su siguiente destino la U.D. Melilla.
También jugó para Real Jaén y Atlético Sanluqueño, hasta que una enfermedad le impidió seguir jugando al fútbol. Lo último que se sabe de Palomino es que se dedicó al mundo del transporte por carretera.
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