lunes, 10 de abril de 2023

¿Te acuerdas de Gonzalo Arguiñano?



- Este defensor fue otro mítico jugador de nuestra querida infancia o, al menos, para la de mi generación. En su tierra empezó jugando para el desaparecido Sestao, club con el que ascendió a Segunda.
Pasaría después por otras entidades del norte, dándose a conocer en Primera con el Valladolid y luego con el Real Burgos, donde no tuvo tanto protagonismo como con otros equipos.

Gonzalo fichó por el Lleida y consiguió un sonado ascenso a Primera, un sueño que tampoco duró mucho. Los últimos partidos del lemoarra serían por la categoría de plata, jugando para Hércules y Albacete. Actualmente sigue en el mundo del balompié, como agente de futbolistas.

- Se llama Gonzalo Arguiñano Elezkano. Con un apellido tan molón, que suena a cocinero vasco de amplia reputación, este defensa central decidió darse a conocer en el deporte símplemente como "Gonzalo".
Este pelirrojo con bigotucho de la época nació en la localidad vizcaína de Lemoa (España), el 12 de agosto de 1962. Era un futbolista cumplidor, de esos a los que yo llamaba "obreros del fútbol".
Lejos de contar con posibilidades con el Athletic Club de Bilbao, Gonzalo se buscó la vida y se enroló en el Sestao Sport Club, que entonces militaba en Segunda B. A mediados de los ochenta, el equipo de Las Llanas conseguiría ascender a Segunda, cuando el lemoarra debutó.

Ya en la categoría de plata, Gonzalo se ganaría la titularidad con Javier Irureta y cumplió con bastantes partidos para el Sestao. En la entidad de la margen izquierda estuvo un par de años más, hasta que pudo contar con ofertas de equipos más ambiciosos. 

Gonzalo ficharía por el Real Valladolid en 1987, donde iba a formar un buen grupo junto a Carlos Alberto Fenoy, Minguela, Endika, Pepe Moré, Goyo Fonseca, Onésimo y los hermanos Manolo y Fernando Hierro.
Con el argentino Vicente Cantatore lograría debutar en la división de oro, en la primera jornada del campeonato 87\88. El cuadro pucelano visitaba entonces El Molinón, donde esperaba un Sporting que cedería un empate sin goles. El defensa vizcaíno tuvo poco más de veinte minutos de juego.

No tardaría mucho en hacerse con la titularidad por Zorrilla, acumulando un buen número de apariciones y registrando sus primeros goles en la alta competición, ante equipos como el Valencia y Mallorca.



- Tres temporadas duró en el Valladolid, equipo con el que pudo ganar la Copa del Rey en junio de 1989. Gonzalo jugó aquella final, en la que el Madrid de Leo Beenhakker salió campeón (1-0).
A comienzos de los noventa, el central vasco se acercaría un poco más a su ciudad natal y fichó por el Real Burgos, con el que solamente tendría protagonismo en su primera campaña.

Con el Lleida tendría la oportunidad de sumar sus últimas apariciones en Primera, que por poco no llegaron a los 150 partidos. Logró el ascenso con el equipo catalán en 1994, pero al año siguiente se volvió a la categoría de plata. En ésta terminaría su carrera Gonzalo, jugando para Hércules y Albacete Balompié.

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