- De esos futbolistas con oficio, otro agraciado en su paso por Las Llanas y tuvo la oportunidad de verse en Primera tras destacar en el equipo vizcaíno y en el club de su municipio natal.
Fichó por un C.D. Logroñés que dio mucha guerra entre los años ochenta y noventa, un extinto club que disfrutó de un buen momento para presentarnos grandes futbolistas.
Juan Carlos Herrero Duo llegó ya veterano a la élite, pero en ésta se mantuvo durante unos años, gozando de gran protagonismo y teniendo sus dignas apariciones en las colecciones de aquella época. Dejó Logroño cuando las cosas se pusieron feas, para retirarse en el Calahorra.
Fue uno de esos jugadores que, sin opciones en los mejores equipos de su tierra, se buscó la vida para poder competir entre los grandes. Juan Carlos Herrero es del municipio histórico de Gernika (España), el 10 de agosto de 1961.
Y en su lugar se dio a conocer progresando en la cantera de la Sociedad Deportiva Gernika, llegando hasta el primer equipo antes de trasladarse a la margen izquierda vizcaína, donde se uniría al Sestao Sport Club.
Con Javier Irureta iba a ganarse la titularidad sin problemas, debutando en Segunda División al lado de jugadores que también acabarían llegando al primer nivel, tales como Gonzalo, Alberto Albistegi, Sabin Bilbao, Yosu y Jon Iñaki Aspiazu.
Herrero tomaría los galones de la zaga sestaotarra para sumar un buen número de encuentros por la categoría de plata, aunque acabaría aspirando a más, gracias a la oferta que recibió por parte del C.D. Logroñés.
Irureta se lo llevaría al equipo riojano, en el que iba a coincidir con otros profesionales vascos a los que les vino muy bien jugar en Las Gaunas para ano alejarse mucho de sus respectivos hogares.
En la plantilla se hallaban Agustín Abadía, Óscar Ruggeri, Manu Sarabia, Carlos Purroy y un veterano Quique Setién, a los que luego se irían uniendo otros talentos de mayor renombre. El objetivo del club rojiblanco, no era otro que hallar la permanencia en Primera.
- Ya desde su primer año, Juan Carlos Herrero se acostumbraría a la titularidad, aunque Irureta acabó abandonando la entidad riojana ante una agobiante amenaza de descenso.
El Logroñés acabaría evitando la hecatombe, algo se conseguiría en las seis siguientes temporadas, con alguna más tranquila que otra, claro. En todo ese tiempo, el de Gernika se mantuvo en plantilla sumando un buen número de partidos.
En total, Herrero disputaría 212 encuentros en la máxima categoría, en la que además hizo 6 dianas. Al final, la afición logroñesa lloraría el descenso a Segunda a mediados de los noventa, que fue cuando Herrero dejó el club. Se sabe que luego acabó jugando en el Calahorra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario