- Pintoresco defensor canario que empezó jugando para el C.D. Tenerife hasta que tuvo la gran ocasión de fichar por un club de Primera División, como en Real Betis Baslompié.
A partir de entonces, su cara fue una de las más populares de aquellas colecciones de cromos de fútbol, un tipo fiel a cada cita que se mantuvo en la alta competición durante casi quince años.
Diego también llegó a defender los intereses del eterno rival, un Sevilla F.C. donde estuvo la mayor parte de su carrera, t de donde salió para jugar en el Albacete, equipo de Segunda División. En Sevilla terminaría su carrera, con el modesto Dos Hermanas C.F.
Diego Rodríguez Fernández nació el 20 de abril de 1960 en La Orotava, provincia de Santa Cruz de Tenerife (España). Con el Club Deportiva Vera dio sus primeros pasos, y en 1977 ingresó en el C.D. Tenerife.
Jugaba como defensa central, y pronto empezó a destacar en la categoría de bronce española, pasando cuatro buenas temporadas en el conjunto "chicharrero" que hubieran merecido un ascenso.
Contaría con una buena oferta por parte del Betis, club al que se unió en 1982 para entrenar a las órdenes del húngaro Antal Dunai. Éste le haría debutar en Primera el 19 de septiembre de 1982, en una cita en Sarrià contra el Espanyol, que terminó con victoria por 0-2.
Diego se ganó el sitio desde el principio, anotó sus primeros goles y se acopló bien a un equipo verdiblanco en el que también se hallaban los Esnaola, Cardeñosa, Poli Rincón y Rafael Gordillo.
Aunque aquel Betis no llegó a ganar grandes títulos, Diego disfrutó de un buen fútbol mientras estuvo jugando por el Benito Villamarín, abandonando el club a finales de los ochenta para recalar en el eterno rival.
El Sevilla de Xabier Azkargorta se haría con los servicios del zaguero canario, quien iba a formar una buena zona defensiva con los Salguero, Mino, Manolo Jiménez y Luis De la Fuente. Juntos, tenían la misión de proteger la llegada a esa pequeña área ocupada por el meta soviético Rinat Dassaev.
- En el club hispalense pasaría ocho años de su carrera profesional, manteniéndose siempre en la titularidad pese al desfile de varios entrenadores, los que siempre confiaron en su compromiso.
El canario Diego nunca llegó a ganar títulos, pero si consiguió ser reconocido en la Liga Española, e incluso representó a la selección nacional, con la que acudió a la Eurocopa de 1988.
Abandonaría Sevilla en 1996, dejando en Primera unas increíbles cifras de 450 partidos y 11 tantos anotados. Durante un par de campañas, Diego Rodríguez jugaría para el Albacete Balompié, club que abandonó para retirarse en Sevilla, con el Dos Hermanas C.F., en Segunda División B.
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