- Gran figura del fútbol de Laredo, un magnífico futbolista que empezó siendo campeón en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 cuando ya había militado en equipos como el Real Valladolid y Lleida.
El equipo pucelano fue muy importante en su carrera, pues así marcó sus pasos iniciales por la alta categoría española, hasta que el Real Madrid vino a llevárselo. En la capital se engrandeció aún más.
Disfrutó de grandes éxitos con el club blanco, presumiendo como campeón de Europa e internacional por España, para luego volver a su tierra y jugar unos años en el Racing de Santander. En Primera también jugó para equipos como el Deportivo de La Coruña y R.C.D. Espanyol.
José Emilio Amavisca Gárate fue uno de los grandes coleccionables de nuestra infancia, nacido en la localidad cántabra de Laredo (España), el 19 de junio de 1971. En el equipo de su ciudad fue descubierto por los dirigentes del Real Valladolid.
Amavisca ya se vería con opciones de debutar en Primera División con la llegada de los años noventa. Pepe Moré le otorgaría sus primeros minutos en Balaídos, en un duelo que finalizó con empate a cero ante el Celta.
Con el club de Zorrilla tuvo tiempo para darse a conocer en el primer nivel y poco más, pues luego tendría que jugar cedido en el Lleida y volver a un Valladolid que se hallaba compitiendo en Segunda División.
Recuerdo aquel verano en el que España se llevaría el oro en sus propias Olimpiadas. Amavisca formaba parte de aquel brillante equipo de los Alfonso, Kiko Narváez, Toni, Pep Guardiola y Luis Enrique. Así es como muchos pudieron descubrir más sobre el interior cántabro.
El laredano volvería de Barcelona 92 con ganas de demostrar todo su potencial, y eso haría con el Valladolid, siendo determinante con su juego para devolver la ilusión de competir en Primera División.
Pero el Madrid no tardaría en echar sus redes sobre el jugador que, a partir de entonces, se acostumbraría a gloriosos momentos, empezando con el título de Liga a las órdenes de Jorge Valdano.
- Intervendría en muchos partidos como jugador blanco y aún alcanzaría metas impensables en su carrera, sobre todo con la llegada de Fabio Capello al Santiago Bernabéu. Además de alzar otro título liguero y la Supercopa nacional, en 1998 se proclamó campeón de la Champions League.
Se marcharía del Real Madrid para jugar en el Racing de Santander, ya de cara al curso 98\99. En el club de su tierra permanecería tres años, para después unirse al Deportivo de La Coruña.
Con la entidad gallega añadiría a su propio palmarés la Copa y otra Supercopa, para luego finalizar su carrera en las filas del Espanyol. En total, Amavisca hizo en Primera unos números de 34 goles en 307 partidos.
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