- A comienzos de esta semana volví a atender a Carlos García en mi frutería, como de costumbre. En ese momento me pregunté: ¿Cómo es posible que todavía no haya recordado aquí su cromo?. Además, este jugador durangotarra formó parte de varias colecciones que completé.
Se dio a conocer con la Cultural de Durango y Sestao antes de recalar en el Athletic de Bilbao, teniendo un breve paso por el filial que le llevaría a debutar en Primera División en muy poco tiempo.
También jugó cedido para Osasuna, regresando pronto a Bilbao para seguir completando una trayectoria profesional que finalizaría en 2003, sin títulos, pero con mucha experiencia en la "Liga de las Estrellas".
Carlos García García nació en el municipio vizcaíno de Durango (España), el 13 de agosto de 1970. Llegó a competir en Segunda B con la Cultural de Durango, de donde se fue al mítico Sestao Sport Club.
Así jugó sus primeros encuentros en la categoría de plata, con una escuadra competitiva dirigida por Blas Ziarreta en la que se hallaban hombres como Paco Liaño o Antonio Karmona.
A principios de los noventa llega al Athletic Club, para empezar jugando en el filial, de nuevo con Ziarreta. El defensa durangotarra no tardaría en dar el salto profesional, siendo reclamado por Jupp Heynckes.
El 6 de septiembre de 1992, Carlos García saltaría al césped de San Mamés para tener sus primeros minutos en la máxima competición. Sustituyendo al "Kuko" Ziganda, el zaguero ayudaría a cerrar una difícil victoria ante el Cádiz (2-1), participando en nueve minutos del choque.
Carlos García seguiría teniendo oportunidades con los mayores. En el mes de diciembre, aprovecharía para anotar su primer gol en Liga, ante la visita de un Valencia que vencería en Bilbao por un contundente 1-4.
Aunque en sus primeros años como "zurigorri" le costó ganarse el sitio, Carlos demostraría grandes cualidades. Pocas opciones tuvo con Javier Irureta, lo que le obligaría a salir cedido en medio del ejercicio 1994\95. Entonces jugaría para el C.A. Osasuna, en Segunda División.
- En su cesión al conjunto navarro hizo un gran papel, dispuesto a volver al Athletic de Bilbao para ganarse el sitio, algo que sí conseguiría con el técnico balcánico Dragoslav Stepanovic.
Tuvo sus opciones por aquellos años, con un buen equipo que lograría competir por la Champions League, haciendo un buen juego que les mantendría en los puestos altos de Primera División.
Carlos García perteneció durante doce años al club bilbaíno, con el que tuvo muchas apariciones en el primer nivel, hasta que llegó el momento de despedir su actividad futbolística. Esto ocurriría en 2003, cuando con la vuelta de Heynckes no pudo tener muchos minutos.
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